La flor de ciruelo no tiene la majestuosa elegancia de la peonía, ni la noble y clásica belleza del crisantemo, ni la gracia delicada del narciso, pero posee un carácter excepcional y orgulloso.
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La flor de ciruelo no tiene la majestuosa elegancia de la peonía, ni la noble y clásica belleza del crisantemo, ni la gracia delicada del narciso, pero posee un carácter excepcional y orgulloso.